PUBLICIDAD

NOVEDADES

Opinión / La obligación de explorar Nueva Zelanda XV



Tras la decisión de posponer el partido contra los Classic All Black sin una fecha concreta, se dejan entrever varias cosas. La primera, que buscar una fecha no debe ser tan fácil, y, la segunda, que debe haber mucho en juego, como es lógico. Desde que publiqué que lo mejor era replantearse el partido, hace veinte días, han acontecido cosas, entre ellas, los últimos sondeos de las autoridades que estiman que, posiblemente, los eventos deportivos y de masas sean los últimos en retomar la normalidad. Solo la intrahistoria que no conocemos detrás de aplazar o afianzar una decisión cobra sentido.

Hubiera sido un buen momento para replantearse todo, pasar página de este capítulo pero no del libro y recoger los frutos de este intento (que los hay) y, sobre ellos, cimentar una propuesta de valor real, que aprecie el espectáculo, sí, pero en la que se prime lo deportivo.

Si algo ha dejado claro la experiencia de este evento es que el aficionado español está deseoso de un partido de cierto calado. Vender 36.000 entradas para un encuentro entre la selección española contra un combinado de jugadores que, en algún momento de su historia, formaron parte de la selección nacional neozelandesa, solo demuestra que con un poco de esfuerzo se puede ilusionar a la gente. 

No voy a ser yo el que juzgue el mérito promocional que supone traer a los Classic All Blacks. El éxito generado alrededor de esta iniciativa en cuanto a marketing y promoción del deporte no ha tenido parangón en nuestro rugby. Y ahí están los resultados: un estadio como el Metropolitano y la inclusión de Jérôme Garcés como árbitro principal eran alicientes a la altura de una gran ocasión de cualquiera de las tier 1. 

Sin embargo, no deberíamos ponderar el asunto en lo deportivo: la haka retumbará y grandes nombres pisarán el Metropolitano, pero más allá de eso, en lo deportivo, existen áreas de mejora. Los Classic All Black, un equipo no oficial cuya historia se remonta a 2007, año desde el que han jugado ocho partidos -de los cuales, solo cuatro contra selecciones nacionales: tres veces contra Japón y una contra Fiyi-, tienen todo el encanto necesario para los propósitos comerciales y de promoción. Es cierto también que algunos de ellos conservan un nivel notable, pero otros no tanto. Por ejemplo, la inclusión a bombo y platillo en el equipo contra España de Piri Weepu, retirado desde 2017, tiene más de nombre que de acción.

Si el terreno se ha allanado de forma considerable, reconociendo que el esfuerzo económico de la iniciativa privada ha realizado con nota la parte logística y promocional, ¿por qué no aspirar a algo mejor en lo deportivo, dentro de nuestras posibilidades? Que los Classic All Blacks vinieran (o vengan, o vendrán, ya no sé), era una buena noticia, pero hubiera sido mejor si en vez de ellos hubieran sido propuestos, por ejemplo, los Maoríes, como ya sucedió en los ochenta varias veces. 

Ahora que existe base y legado reciente para ello, habríamos estado de enhorabuena si hubiéran querido aspirar a algo igual de espectacular (o más) y mejor en lo deportivo. La federación neozelandesa dinamitó recientemente el panorama de los tier 2 al anunciar este año la creación (o más bien, reintroducción) de Nueva Zelanda XV / All Blacks XV, una selección oficial de jugadores en activo de altísimo nivel -superior a Heartland XV-, algunos con experiencia en el primer equipo, a imagen y semejanza de los otros segundos equipos del mundo, los famosos "XV", "A" o cualquier otra nomenclatura. Uno de los objetivos en la creación de esta selección ha sido el de competir contra selecciones de tier 2 que, en circunstancias normales, no podrían acceder al nivel de la absoluta. Mayor atracción que esa para los equipos que se sitúan en la realidad de España no creo que haya. 

En una escala de reto deportivo y atracción y promoción, haber explorado la oportunidad de Nueva Zelanda XV para este otoño o la primera fecha con garantías era más una obligación que una opción. Si se ha llenado de ilusión nuestro panorama por un partido contra los Classic All Blacks, ¿cómo sería si éste fuera contra una selección oficial de Nueva Zelanda? Si ya con los Maoríes el menú habría sido más completo, ahora que existe esta nueva posibilidad, hay que aspirar a metas más altas. Colombia tiene programado un partido contra éstos últimos en otoño, al igual que el año pasado lo tuvieron Chile y Brasil. Fiyi inaugurará el periplo de Nueva Zelanda XV. ¿Por qué seguimos conformándonos nosotros con menos?


No hay comentarios