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Crónica / España se olvida de jugar en Rumanía (24-7)



España tuvo hoy en Botosani una de esas tardes aciagas que, de vez en cuando, se reaparecen como fantasmas del pasado. Los Leones estuvieron totalmente perdidos la gran parte del partido, sin ideas y, lo que es peor, sin jugar más que quince minutos. Sin Bell de inicio, desaparecidos en ataque y en defensa, con innumerables errores no forzados y de disciplina y vencidos desde el primer minuto ante una línea defensiva rumana que pareció no tener muchos problemas en dominar el partido casi desde el inicio, el equipo español se llevó una segunda derrota en este Europeo que, a pesar de posible, deja un sabor amargo por lo visto en el campo.

Rumanía parecía estar mucho más concentrada, desplegando su juego a gusto y sin una gran oposición por parte de España. La escasa resistencia que pudieron encontrar los Robles se dirimía en terreno español, lejos de cualquier peligro que, por activa, pudiera desembocar en puntos rojos. De hecho, los dos golpes de castigo transformados por Macovei en la primera parte (pudieron ser tres, ya que el tercero dio en el palo) dejaban un 6-0 antes del descanso que podría decirse se antojaba engañoso.

El XV del León perecía en todas las facetas del juego, regalando saques de línea de esos que no son habituales ver perder a España, y con una evidente falta de estrategia. Ni siquiera supo aprovechar las superioridades numéricas de las que gozó, estrellándose una y otra vez contra su propio muro. En sí, daba la sensación de que los problemas no venían tanto por el nivel individual, sino más por una colectividad que no funcionaba.

El ensayo de Melinte en el minuto 52 ahondaba en la crisis de desconcentración de los Leones y, tan solo cuando el marcador reflejaba un contundente 16-0, España mostró una tibia reacción. La selección española empezó a jugar tarde un partido que disputó tan solo por quince minutos en los que solo pudo maquillar el resultado a pesar de seguir tomando decisiones que se vieron erróneas. El XV del León volvía a pecar de nuevo de su ya obsesiva dependencia de delantera, como si lo único que existiese en su juego se redujese a eso. Esa obcecación comienza a ser peligrosa: contra Georgia se demostró que, o se empiezan a tener alternativas, o estamos condenados a ahogarnos en nuestra propia fórmula.

El ensayo de Nueno, ya en el minuto 80, fue la única jugada con rédito de todo el partido, y fue casi anecdótica en cuanto a que pareció salirse del patrón establecido. Un ejemplo más de esa falta de todo fue que, casi sin pestañear, Melinte de nuevo posaba en la meta española para colocar el 24-7 definitivo.

Paradójicamente, y a pesar de las dos derrotas frente a Rumanía y Georgia, España depende de sí misma para conseguir el subcampeonato de Europa. La derrota de Portugal en Rusia (19-18) y la contundente victoria de Georgia ante Bélgica (78-6), y el calendario que le queda a los Leones por delante, contra Portugal y Bélgica -segundos y terceros, respectivamente-, hace que, ganando los dos partidos y con un punto bonus en cualquiera de ellos, España sumase 14 puntos y el factor de enfrentamientos directo con ambos, suficiente para alzarse con la segunda plaza general.

Sin embargo, un desliz en cualquiera de los dos partidos, haría que España tuviera que mirar al Rusia-Rumanía de la cuarta jornada. De momento, con esta derrota de hoy, España cae dos puestos en el ránquin mundial, al 18º (66,75) y la deja en un casi empate técnico con la 19ª, Rumanía (66,64).
 
 
Foto: Luis Cabelo / Rugby Photos / FRR

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